No tengo ganas de resucitar. Me quedo aquí, donde nadie duele ni mis huesos lloran imperfección, No tiene piel, ni sangre, ni venas, ni nada… Son sólo huesos. Y ya no hay curvas donde enterrar cadáveres que se empeñan en hablar de amor. No tengo ganas de morir. No tengo ganas de resucitar. No me hables de amor.